Mi nombre es Encarnación Mancebo y López pero me conocen como
Cani. Nací en Cartagena (Murcia-España), en Diciembre de 1963.
No llegué con
una cámara bajo el brazo pero enseguida, mi padre, puso una en mis manos y
desde entonces fui fiel heredera de su afición, sus cámaras fotográficas y sus
primeras clases. Entre juegos de adolescencia, me enamoré del piloto rojo que
se encendía sobre la puerta cuando alguien estaba revelando. Ya no hay piloto
rojo encendido pero seguimos viviendo en buena armonía.
Con el salto de la era analógica a la digital me voy
introduciendo en el estudio autodidacta del mundo de la fotografía y programas
de edición.
No tengo especialidad alguna. Entre el paisaje y la arquitectura
me siento como pez en el agua pero también disfruto robando un gesto, una
mirada o detalles mágicos que me muestra la vida.
Para mí, la fotografía es un fragmento de vida inolvidable. Recordamos
nuestras vivencias a través de pequeñas instantáneas que se fijan en nuestra
mente a modo de pequeñas fotografías.
Sueño en color y en blanco y negro, entre el purismo y el surrealismo
que mi propia existencia, me define.
Si coincidimos en lo que entendemos por fotografía, tenemos
mucho en común.
Porque la fotografía es una cuestión de confianza, gracias por
haber llegado hasta aquí.
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